Hacer prioridades y administrar el tiempo para hacer lo más importante lo primero. Es más que administrarse el tiempo. Es superar temores, sentirse fuerte ante la dificultad. Es hacer que las metas y misiones sean lo primero en la vida: eres el conductor, decides a dónde ir y vas a llegar, no te dejas detener por obstáculos. Hay que hacer una matriz con dos variables: lo importante y no importante, lo urgente y no urgente, para así poder priorizar. Lo urgente no nos puede hacer olvidar lo importante. El adolescente que se marca prioridades tiene en cuenta lo que es importante y no llega a sentirse en situaciones de urgencia, porque planifica y fija sus metas, realiza las tareas antes del límite, hace ejercicio, se relaciona bien y sabe descansar.
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